jueves, septiembre 14, 2006

Si no hay noticias, invéntalas!

No deja de asustarme cada año la cantidad de rellenos que se van repitiendo cíclicamente, en todos los canales, como si de verdad hubiese algo que contar, sobre la navidad, la cuesta de enero, la semana santa, la operacion bikini, los llenos en los chiringuitos, la vuelta al cole y de nuevo la navidad, más unos cuantos períodos de rebajas contados día a día. Con cada uno de estos "eventos" tenemos telediarios enteros durante semanas, "informándonos" sobre detalles que hombre, si, de puro frívolos relajan, y pueden hacerte desconectar de las malas noticias... claro que también podían dedicarse a dar avances científicas, o sin ir tan lejos, cosas menos aburridas pero que al menos fuesen novedad.


Los análisis pormenorizados, o reportajes, o como quieran llamarlo en cada canal, sobre auténticas chorradas, del tipo "cómo hacer que tu hijo vuelva a obedecer en septiembre", "qué hacer para superar el trauma postvacacional sin recurrir a medicamentos" afloran estos días como setas. Dentro de poco fundarán un colegio de psicólogos televisivos (que al resto los respeto muchísimo, ojo) para aconsejarnos de todas estas modas y muchas más, métodos de relajamiento para no enfadarse al madrugar, cómo decirle a tu hijo la desgraciada noticia de que no puedes comprarle todo lo que quiere, consejos para no gastar más de 100 euros en ropa a principio de temporada, o una nueva terapia antiestrés con ayuda de vaquitas de goma... Casi forman parte de una seudociencia de sociología informativa, te creamos un problema y te ofrecemos la solución, más cara, más laboriosa y con más gasto de tiempo que simplemente ignorar un problema cuando no lo hay. Creía que esto era feudo exclusivo de Antena 3, pero últimamente Telecirco da pavor. Dejando aparte el sensacionalismo barato, pero de eso puedo hacer una wikipedia entera, y curiosamente, la mitad de los programas que incluiría son de la televisión pública.


Otra cosa que preocupa muchísimo a redactores de informativos y rellenadores varios, son las dietas: nos proponen unas 4 al año, a saber: la de después de navidad (todos nos cebamos como cerdos sin otra cosa que hacer, claro), la de después de semana santa, la de la operación bikini (que empieza en abril y acaba en julio, más o menos), la de después del verano (es que hemos omido muchos helados) y de nuevo cerramos el ciclo.

Quizás lo más aterrador es cuando hablan de algo realmente grave, porque es cuando haría falta que fuesen serios: hoy por ejemplo, me he quedado pasmada ante un "reportaje" sobre maltrato animal, antes del cual la propia presentadora (una que está encantada de conocerse) prometía datos veraces sobre código penal, las penas que se aplican, jurisprudencia al respecto... y nada. Imágenes escabrosas de 3 pobres perritos malheridos, que me dieron mucha pena, pero nada más: información cero, y a continuación un reportaje sobre el lenguaje del pelo y una academia dedicada a enseñar como hay que moverlo.


A los estudientes también nos tienen mucho cariño: nos dedican horas y horas de "información" en cada época de exámenes, y eso da un mínimo de 3 al año, más el extra de selectividad. Calculando diez minutos por cada edición de informativos, 3 o 4 al día, multiplicado por una o dos semanas de preparación de exámenes en cada periodo, el resultado es monstruoso: horas y horas de metraje de bibliotecas, gente con cara de sueño, otro excitados a cafés, monográficos de chuletas, y por supuesto, expertos en la materia dando más consejos: la novedad más rompedora de siempre es "no dejarlo todo para última hora".


Gracias, tele, por ayudarme.

domingo, septiembre 10, 2006

Tarde de domingo sin exámenes :D

10.09.1940 Robert Walser, de paseo con Carl Seelig, le decía (de "Paseos con Robert Walser"):

Como los dictadores surgen casi siempre de las capas bajas del pueblo, saben exactamente lo que el pueblo anhela. Al hacer realidad sus propios deseos, hacen realidad los de los demás. Al pueblo le gusta que se le preste atención, que se sea ora paternal y cariñoso, ora severo con él. De este modo se le puede convencer incluso para ir a la guerra.


Joyita sacada esta misma tarde del extenso repertorio de citas de Roberto Enríquez.